La investigación se ha hecho pública hoy. Demuestra, con nuevos datos, que los niños nacidos en el último trimestre del año tienen menos posibilidades de ser elegidos para los equipos de fútbol. Así de claro. La norma que divide las categorías en función del año de nacimiento determina que un niño nacido el 1 de enero va a competir siempre, desde prebenjamín hasta juvenil, con niños menores que él; por el contrario, un compañero suyo nacido el 31 de diciembre cuenta con el háncidap de un retraso de maduración física que le hará mucho más difícil mostrar su nivel.
La investigación, dirigida por el profesor Deprez, de la Universidad de Gante (Bélgica), estudió a 606 futbolistas de la región de Flandes, con edades comprendidas entre los 10 y los 19 años. El análisis de su fechas de nacimiento (los muchachos fueron agrupados por trimestres) mostró que el 38 por ciento habían nacido entre enero y marzo. Sólo el 13 por ciento eran del intervalo octubre-diciembre. Una diferencia demoledora, injusta para los nacidos en otoño.
El estudio, publicado en el International Journal of Sports Medicine, comprobó, como era de esperar, que los nacidos en el primer trimestre eran más altos y de mayor peso que los nacidos en el último trimestre del año. También demostró que los nacidos entre octubre y diciembre presentaban un crecimiento acelerado con respecto al resto. Sólo eso les permite salvar la diferencia de edad y competir con los mayores. Sin embargo, los ‘tests de recuperación intermitente’ (llevados a cabo con sprints repetidos) sorprendieron a los investigadores. No hubo diferencia alguna entre los jóvenes futbolistas, fuera cual fuese su mes de nacimiento. El mensaje para los entrenadores de fútbol es claro: deben favorecer la captación de futbolistas nacidos en los últimos meses del año. O perderán talentos.